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APUNTES PARA UN ESTUDIO SOBRE LOS ASPECTOS ETNOLÓGICOS DEL SAHARA OCCIDENTAL.-SU CONSTITUCIÓN BÁSICA (*) ATTILIO GAUDIO Las comunidades nómadas del Sáhara
Occidental no difieren apenas de las de los Tuaregs del Sáhara
Central, excepto en ciertos de, talles etnológicos cuyo aspecto
depende de las influencias o tradiciones bereberes o árabes que
caracterizan a cada tribu. las principales tribus autóctonas e
independientes del Sáhara Occidental están distribuidas
en la siguiente forma: Región del Río de Oro: Ulad,Delim,
Ulad-Tidrarin y Reguibats del Sahel. Una tribu se divide generalmente
en varias fracciones. Los miembros de una fracción nomadean
siempre juntos y tienen siempre las tiendas unidas, aun cuando la zona
de pastos no sea abundante, y a menudo tienen una propiedad colectiva
consistente en camellos y dromedarios de raza. La fracción a su
vez está formada por un cierto número de familias. La
familia nómada posee normalmente una tienda, ganado menor y uno
o varios camellos y dromedarios, según la clase social a que
pertenece. Como los nómadas no tienen ocupaciones sedentarias
propias, ignoran la propiedad territorial, y si se realizan pequeños
trabajos agrícolas cerca de sus campamentos, su modesto
producto pasa a ser propiedad común. Por otra parte, es bien
sabido que en los oasis, donde la presencia del agua y las condiciones
de vida permiten el establecimiento de colonias humanas, el
sedentarismo con fines agrícolas se deja siempre a los esclavos
o a la clase pobre de los negros. En el Sáhara Occidental los
oasis cultivados o las comunidades estables de antiguos esclavos son
casi inexistentes, aun cuando hay indicios ciertos de que en otro
tiempo el sedentarismo estaba mucho más extendido en estas
regiones, como lo está siempre en ciertas partes del Sáhara
francés. RÉGIMEN LEGISLATIVO INTERIOR DE UNA TRIBU Cada familia nómada puede presentar a su hijo
mayor, siempre que no sea jefe de la familia, como candidato al
nombramiento de «jefe de fracción». En las elecciones
de jefe de fracción se tienen sobre todo en cuenta el valor, la
generosidad, la elocuencia y la cultura del candidato. La tribu se
rige a su vez por una asamblea formada por todos los jefes de fracción.
Esta asamblea nombra jefe de tribu a su miembro más estimado y
más notable por su integridad, valor y sabiduría, sin
tener en cuenta la tienda de la tribu a que pertenece. El jefe de la
tribu no tiene, en efecto, más que privilegios simbólicos,
y tanto en las decisiones como en las iniciativas debe someterse, como
los otros, a la asamblea, en la que están concentrados los
poderes ejecutivos y legislativos. En las tribus del Sáhara
Occidental esta asamblea recibe el nombre de «yemaa». La «yemaa»
nombra automáticamente como presidente de sus sesiones al jefe
de la tribu. Estas sesiones se celebran para juzgar un delito o para
decidir sobre la paz o sobre la guerra. Esta última
eventualidad está excluida a partir de la pacificación
total del Sáhara y la creación por las autoridades
europeas de oficinas y encargados especiales de los asuntos indígenas.
A menudo, cuando se trata de una sesión estrictamente jurídica,
la «yemaa» recurre a un gran morabito o a un letrado para
presidirla. Este debe conocer a fondo el «aorf», que
constituye un verdadero código sahariano con un contenido moral
y social transmitido cuidadosamente de generación en generación,
oralmente en los primeros tiempos y por escrito en caracteres árabes
a partir de Ma-el-Ainin. COSTUMBRES Y HÁBITOS La residencia del nómada es la «jaima»,
tienda de base cuadrada con toldos de piel de cabra o de cordero y fácilmente
desmontable para ser cargada a lomos de los camellos en caso de
desplazamiento. Utilizando los términos del dialecto hasani,
las piezas de que se compone una tienda Reguibat son las siguientes: El traje de los nómadas del Sáhara Occidental se confecciona siempre con tela blanca, sobre todo el que llevan los morabitos, letrados y religiosos, o azul, la típica chilaba que los envuelve completamente dejándoles, con los velos, solamente descubiertos los ojos. Sus ojos están teñidos algunas veces con un polvo verde, aunque los nómadas no tienen la costumbre de tatuarse como los musulmanes del Africa del Norte. A las mujeres las gusta mucho perfumarse con esencias y hierbas especiales procedentes de Mauritania, y con frecuencia se tiñen el cabello, los ojos, las manos y pies con sustancias minerales y vegetales. Los niños van completamente desnudos hasta la edad de la circuncisión, y las niñas hasta la edad de siete u ocho años. Cuando nacen los niños se les pone nombre, sobre todo entre los Reguibats, casi de la misma manera que entre los Tuaregs. Se le pone el nombre al recién nacido cuando tiene siete días. Preparan tres trozos de madera de igual longitud y atribuyen a cada uno de ellos el nombre de uno de los miembros de la familia del niño. Se los presentan a la madre, que escoge uno al azar: éste será el nombre del niño. La circuncisión se realiza a la edad de cuatro o cinco años. La ceremonia se desarrolla en presencia de los familiares y amigos y algunas veces en la de toda la comunidad sí se trata de un niño de clase noble. El tebib le hace la operación y se le tiene al régimen de carne hasta que la herida se cicatriza. Cuando se cura pasa automáticamente bajo la autoridad del padre, que comienza a montarle en el camello y le entrena en el ejercicio de las armas, tales como la lanza, el sable, el florete o el puñal. A la edad de doce o trece años el muchacho debe taparse el rostro con un velo y el padre le permite empezar a frecuentar mujeres. En efecto, en las tribus saharianas los futuros esposos son prometidos muy pronto entre las familias que desean casar a sus hijos. Si más tarde, al hacerse mayor, el joven prometido quiere escoger otra muchacha, es libre de hacerlo, y la misma libertad se concede automáticamente a la mujer. La influencia de las tradiciones bereberes entre los Reguibats se encuentra asimismo en la monogamia casi absoluta, a pesar de la religión musulmana, que les permite ser polígamos como muchos otros de sus correligionarios del Norte del Atlas y, sobre todo, de Asia. La pertenencia de la pareja a una misma tribu o fracción se observa casi siempre entre los Reguibats, aunque haya algunas veces matrimonios entre diferentes agrupaciones. Sólo la tribu sagrada de Ma-el-Ainin celebra todos sus matrimonios entre sus miembros para mantener la pureza de la sangre. Cuando los padres de un joven quieren casarle, él va a la tienda de la familia de la muchacha, que, ya advertida, prepara una gran comida en la cual nunca faltan la carne de cabra o de camello, los pasteles y el té. Los padres del novio presentan sus regalos, que normalmente se componen, de acuerdo con sus posibilidades y su clase social, de telas, perfumes, azúcar y té. Después de ponerse de acuerdo sobre el matrimonio, se admite, también al morabito en la tienda de la novia, donde lee la «fatiha», una de las suras coránicas que confirman el contrato matrimonial. Fuera de la tienda, las amigas y vecinas que esperaban el fin de la «fatiha» se entregan a cantos y danzas de regocijo. Antes de que los padres del novio dejen la tienda de la novia se anuncia la fecha de la boda. Las fiestas nupciales se prolongan durante una semana y se desarrollan con la participación de todo el campamento. Las danzas se suceden sin interrupción y día y noche se organizan juegos colectivos. La familia de la esposa se encarga de preparar las comidas solemnes y los banquetes. Los jóvenes desposados no pueden consumar su matrimonio hasta el fin de las fiestas. El divorcio está admitido entre los nómadas, aunque se encuentra con menos frecuencias entre los nómadas que entre los sedentarios. Contrariamente a todas las otras comunidades islámicas, en el Sáhara, donde la mujer goza de gran libertad, puede pedir ella también la separación conyugal. (1) La mujer divorciada queda en libertad de casarse pasados tres meses. Si hay hijos, el padre está obligado a mantenerlos y, se le reconoce también el derecho de llevárselos. En el Sáhara, cuando ocurre una defunción, ningún miembro de la familia del muerto lleva luto; durante tres días los amigos y los conocidos hacen visitas y llevan regalos. La tienda de donde se ha sacado el cadáver se levanta, y sobre el mismo terreno, considerado como morada de la muerte, no se habitará jamás. JUEGOS, CANTOS Y MÚSICA Las tribus del Sáhara Occidental tienen en
alta estima los juegos públicos, que lo mismo pueden celebrarse
durante las fiestas que aisladamente como diversión. Un juego particular con fondo erótico se celebra en la tribu de los Ulad-Tidrarin para festejar un año en que el pasto ha sido abundante y excelente. Fuera del campamento, en el desierto, los jóvenes de ambos sexos de la tribu se reúnen formando dos alas separadas por un espacio de tierra. Un hombre se destaca de la suya y viene a depositar en el centro azúcar, té u otros regalos generalmente aceptados por las mujeres. Cuando él se va, una joven se destaca a su vez de entre sus compañeras; es aquella a la que ha gustado más el regalo depositado. Después de haber avanzado algunos metros fuera de la fila, se quita el traje, y, completamente desnuda, corre a recoger los regalos. Después son depositados otros regalos por otros jóvenes y la operación se repite hasta el momento en que la desnudez de las mujeres y la excitación de los hombres transforman las ofrendas galantes en una verdadera bacanal. La danza y la música están también
entre las principales diversiones de los nómadas. La danza no
la efectúan más que las mujeres y generalmente se trata
de una sola danzarina que se exhibe en un corro de hombres. Los
negros, antiguos esclavos, servidores o vasallos no pueden participar
en el folklore de los saharianos y tienen sus cantos y sus danzas que
recuerdan a menudo las características del arte primitivo que
sale de las sabanas y de las selvas vírgenes. Los dos
instrumentos empleados siempre por los negros son la «ganga»,
especie de tambor que se golpea con dos palillos curvos, y las castañuelas.
La danza de los nómadas, difundida por todo el Sáhara
Occidental, es el «ergui», que se ejecuta al son del «tobal»
y de la «guidra». Estos dos últimos instrumentos son
tambores; el primero tiene una doble membrana que se golpea con las
manos y los dedos, y, el «guidra» tiene una membrana más
fina que tocan las mujeres con un palillo. Otros instrumentos
empleados en el Sáhara Occidental son el «ardin»,
arpa de diez, cuerdas que tocan apoyando la caja en tierra delante de
las piernas y la parte superior sobre el hombro derecho. El «tidinit»
es una especie de cimbal con cuatro cuerdas, parecido al «imrad»
de los Tuaregs. La flauta es un instrumento muy popular entre los nómadas
porque la tocan a menudo durante los largos días en que vigilan
el ganado en los pastos. |
(1) Nota del
traductor. En la religión musulmana no sólo el marido,
sino también la mujer puede pedir el divorcio. Según el
Derecho malaquita, el divorcio solicitado por la mujer puede
fundamentarse en diversas causas, coma defectos físicos o
enfermedades incurables, incumplimiento de las condiciones del contrato,
desavenencias conyugales, sevicias del marido, etc. Existe asimismo el
divorcio consensual retribuido, que implica la renuncia por parte del
marido de sus derechos sobre la mujer mediante una compensación
pedida por éste. (*)GAUDIO, Attilio, 1952, Apuntes pra un estudio sobre los aspectos etnológicos del sahara Occidental. Su constitución básica., Cuadernos de Estudios Africanos nº19, Instituto de Estudios Politicos, Madrid. |
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