Y el más reciente esfuerzo de sedentarización,
el del Aiun, en la margen izquierda de la Saguia el Hamara, a 20 kilómetros
de su desembocadura. Empeño reciente hoy en pleno desarrollo.
El año 1938, la clara visión de los problemas saharianos
del Teniente Coronel don Antonio de Oro (¡presente!), por
entonces Gobernador de los territorios, se fijó en el lugar, y
comprobado que el agua de manantiales por nosotros alumbrada era magnífica
y abundante, designó el Aiun para. establecimiento de un puesto
militar de importancia y centro comercial y administrativo de la
comarca de la Saguia el Hamara. Y se inició la edificación
de un modo previsor, amplio y bien encauzado. Al mismo tiempo se
alumbraron fuentes en una y otra margen de la Saguia el Hamara, y se
iniciaron los cultivos, tanto por los organismos ,oficiales, de un
mojo experimental y de enseñanza, como por los naturales del país
que tuviesen conocimientos agrícolas, a los que se les
distribuyeron parcelas. Cosa extraña en el desierto ver
aparecer parcelas de huerta, casas de labor con aperos, frutales, etc.
No en balde ,el Aiun es el único lugar de manantiales que se
encuentra desde el Sur marroquí hasta el macizo de Tagant en
Mauritania, cerca de 1.500 kilómetros más al Sur.
El actual Gobernador, Coronel don José Bermejo, dió más
amplitud a la primitiva idea y designó el lugar como definitiva
capital del Sáhara español. Importantes almacenes de
sociedades al por mayor barrio comercial, plazas amplias, calles
espaciosas, todos los servicios. de una villa naciente, con su
alcantarillado, sus fuentes, escuelas españolas Escuela de
Artes y Oficios, hospital, cómodas viviendas y una población
indígena que se ha sedentarizado y edifica por su cuenta
viviendas para sí y para alquiler, que labra tierras, posee
huertas a las que aplica la enseñanza que se les da en nuestra
pequeña Granja de Experimentación, en donde hay
instalados además gallineros, vaquería, porquerizas,
etc.
Se ha previsto en los planos una villa para albergar
hasta 3.000 habitantes, y caso-de nuevas necesidades se dispone de
terreno para doblarla o triplicarla.
Una pista automóvil une el Aiun con la playa, en donde se ha
habilitado un fondeadero para los vapores correos con almacenes en la
costa, y periódicamente se desembarcan allí mercancías
procedentes de Canarias; la industria de la pesca, en aquellas costas,
abastece con e reces a la actual población del Aiun. Como se
ve, este último intento de sedentarización, ya logrado,
es el más importante de todos cuantos se emprendieron en el Sáhara
español.
Al Norte del país, cerca de la frontera del río Dra, en
lugar abundante de agua potable de pozos, se inició, al amparo
de otro puesto militar, otro centro edificado, comercial y
administrativo de la región Norte. Aunque de menos porvenir que
el Aiun, como centro comercial, sí tiene la importancia de
lugar fronterizo, de paso obligado para los nómadas que van a
los mercados del Sur marroquí, y cuenta con su fondeadero, a
unos 20 kilómetros del lugar; el puesto recibe la denominación
del pozo que allí existe: Tantan.
En la costa se hallan los antiguos puestos, que durante muchos años
fueron los únicos lugares desde los que se hacía la
labor de captación o atracción de los indígenas.
Cabo Juby, frente a la isla de Fuerteventura, en donde el año
1016 el entonces Teniente Coronel Bens, ocupó las casas de mar
y tierra, que un tiempo fueron factorías de una fracasada
sociedad inglesa de colonización; organizado allí un
puesto militar y de atracción indígena, se establecieron
factorías comerciales por varías sociedades.
A unos 500 kilómetros al Sur, cerca del trópico de Cáncer,
en la península de Río de Oro, ondea, desde 1884,
nuestra bandera. El establecimiento recibió el nombre de Villa
Cisneros, y don Emilio Bonelli fué quien ocupo el lugar.
Factorías de pesca y comerciales, durante muchos años
vió acrecentada su, importancia al establecerse las líneas
aéreas de Europa a Suramérica; en su magnífico
aeropuerto empezaron a hacer escala los aviones postales y de
pasajeros de las, Compañías Air France, Lufthansa
alemana y, mas recientemente, la Lati italiana; pasajeros de todas las
nacionalidades pasaron por allí, y los servicios propios de un
aeropuerto de tal importancia se desenvolvieron rápidamente. La
amplía bahía es inmejorable para recalada de
hidroaviones. Los servicios de pesca siguen teniendo su importancia;
se han montado talleres para reparaciones, con objeto de que las
embarcaciones no tengan que ir a reparar a Canarias. Villa Cisneros es
al mismo tiempo cabecera de grupo nómada y oficina de asuntos
musulmanes.
Más al Sur, en la península de Cabo
Blanco, en el extremo meridional de nuestro Sáhara, se halla el
puesto de la Aguera, ocupado desde el año 1920, y en donde
existen factorías comerciales y de pesca de importancia, por
ser la región muy rica y abundante en pesca. Un oficial de
marina se halla allí destacado para todo lo referente a
tripulaciones y actividades pesqueras.
No es de este lugar hablar sobre la riqueza pesquera del banco sahárico,
ya que ello ha sido motivo de numerosos artículos y
conferencias, sin que hasta la fecha se haya adelantado mucho en dicha
actividad ya que nuestras factorías se hallan casi igual que
hace muchos años y nuestras flotas pesqueras poco han aumentado
o modernizado, junto al crecimiento de las de otros países que
frecuentan aquellas costas.
Con lo que queda expuesto se comprenden fácilmente
las razones de nuestra presencia en estos territorios. Razones históricas;
desde que nuestros navegantes, en el siglo XV, pasaron las columnas de
Hércules y borraron el nombre de Mare Tenebrosum que hasta
entonces se había dado al Atlántico, las costas e islas
de Africa occidental fueron objeto de su atención. Don Pedro de
Herrera, señor de las Canarias orientales, estableció
puestos en tierra firme africana, uno, el más importante, se
denominó Santa Cruz de Mar Pequeña, con finalidad de
comerciar con el Sur marroquí por el valle del Sus; otros
puestos de escala entre Santa Cruz y Canarias guarnecían la
costa, en la desembocadura del Dara o Dra, en el Chibica, en Puerto
Cansado y en las Matas de San Bartolomé o Tarfia, hoy Cabo
Juby. Orientación africana desde las Canarias, expansión
lógica de nuestras, actividades ultramarinas. Es más, se
adentraron en el país; las, crónicas hablan de correrías
y entradas en el país, hasta la alta Saguia el Hamara, es
decir, hasta cerca de 400 kilómetros al Este de la costa.
Se perdió Santa Cruz de Mar Pequeña
durante el reinado del Emperador Carlos, pero su sucesor, nuestro señor
el Rey Don Felipe mandó a sus ingenieros le hiciesen el
proyecto de reedificación de la Santa Cruz de Mar Pequeña.
Siempre la obsesión de la costa de Africa, vecina a Canarias, dé
donde podía venir el peligro que amenazase nuestras islas.
En el Tratado de Paz de 1860 se incluyó los derechos nuestros
sobre la costa Sur marroquí, y este derecho fué
reconocido por los Sultanes. Luego se desvirtuó su localización
y se nos asignó el lugar de Ifni como el antiguo emplazamiento
de Santa Cruz.
Si no fueran bastantes las razones histórica A, influyen
poderosamente. las geográficas para nuestra presencia en Africa
Occidental. Hoy la aviación influye poderosamente en las
decisiones bélicas de los conflictos entre naciones. Las
Canarias son islas volcánicas, muy accidentadas, escasas en
lugares adecuados para aeródromos. Su defensa aérea hay
que encomendarla al vecino territorio africano, que es en casi su
totalidad un inmenso aeródromo con escaso trabajo a realizar en
los lugares más convenientes.
Además, el paso obligado con aterrizaje en nuestros aeródromos
,de los aviones comerciales de las líneas de Europa a América
del Sur indica la importancia que tienen desde el punto de vista de líneas
aéreas. Lo ya consignado de riqueza pesquera y el interrogante
que existe sobre posibilidades mineras de estos territorios, son
razones más que sobradas para justificar las razones de nuestra
presencia en Ifni y Sáhara, en los que sus moradores sienten el
orgullo de ser españoles también, como recientemente
demostraron.
****
Y, para terminar, desde esta docta casa permítaseme
dedicar un recuerdo afectuoso a los hombres de ciencia, geógrafos,
geólogos, botánicos, médicos, entomólogos,
etc., hombres de ciencia ilustres que en medio de su labor de
investigación y de enseñanza tuvieron tiempo y fueron
allá abajo a compartir con nuestros oficiales su parco
condumio, sus inquietudes, su vida incómoda. y recorrieron el
país lo mismo que ellos, al pasó lento de sus
dromedarios, bajo el sol y el viento en largos días. Si los
camellos tuviesen cuentakilómetros el de algunos de ellos
marcaría ya muy cerca de los 4.000 kilómetros.
A estos hombres que compartieron nuestra vida sahariana va nuestro
saludo y nuestra gratitud, porqué han cerrado el interrogante
que en todos los aspectos de la ciencia existía sobre nuestro Sáhara.
Mi agradecimiento a don Valeriano Salas, viajero infatigable,
director de la Revista Geográfica y a su colaborador señor
Hernández Sanjuán, y a mi compañero el Comandante
de Intendencia don Eduardo de la Iglesia, viejo camarada del Sáhara
durante, muchos años, por la atención en proporcionarme
algunas de sus fotografías para ilustrar esta conferencia y,
por último, mis gracias a ustedes por la paciencia que han
tenido en escuchar esta disertación sobre aquellos países
que no ha podido menos de ser tema árido, por tratarse de
aquellos países en los que llevamos más de un decenio
consagrados ala labor que se nos ha encomendado al servicio de los
altos intereses de la Patria. |