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EL PALEOLÍTICO SUPERIOR NORTEAFRICANO Las
culturas capsienses.Mientras en Europa, durante la últirna
glaciación, se desarrolla el Paleolítico superior,
representado por las culturas Auriñaciense, Solutrense y
Magdaleniense, que degenera en las industrias microlíticas
Azilio-tardenoisienses, en el norte de África ha desarrollado
su ciclo evolutivo la cultura capsiense. Recibe su nombre de la estación
de Gafsa, al sur de Túnez. Desde 1908, en que se descubrió
el primer yacimiento hasta hoy, su valoración ha sufrido muchas
y diversas apreciaciones, no estando aún totalmente resuelto ni
su origen ni sus relaciones y sincronismos con las culturas europeas
ya citadas.
industrial la caracteriza una continua disminución
de los útiles de sílex que dan paso a un desarrollo cada
vez mayor de las piezas fabricadas para ensamblaje de tamaño
microlítico, industria que Leakey supuso habría nacido
en el África oriental, pero cuyo origen en las facies más
antiguas de los yacimientos egipcios parece indicar su cuna en las
regiones situadas hacia el noroeste africano. En los niveles Iy II de
Kom Ombo, E. Vignard halló ya, entre objetos de técnica
musteriense, lascas de retoque tosco que tienden a la forma de los
trapecios, a las puntitas de dorso rebajado y a los microburiles.5
De esta industria existen varios yacimientos en Egipto que dan
personalidad a una cultura denominada Sebiliense; pero la cronología
de esta industria, como la del Capsiense típico, va unida al
problema de la perduración del Musteriense en África.
cortes es el de Aín Metherchen, en Túnez, en el cual sobre un antiguo nivel Musteriense apa recen claros estratos capsienses (fig. 13). Esta estación proporcionó una característica industria de Capsiense típico (fig. 14), etapa que ya fué diferenciada por Reygasse, el cual la denominó Capsiense antiguo, y Debruge la llamó simplemente Auriñaciense, pues su tipología se parece extraordinariamente al Auriñaciense inferior europeo. Aparecen en este período numerosas hojas de dorso rebajado, a veces de un decímetro de longitud; buriles laterales sobre hojas grandes, hojas con su corte retocado, finos raspadores y algunos raros mierolitos.
Éstos consisten en pequeñas puntas de dorso rebajado, siendo más raros los triángulos escalenos, trapecios y lasmedias lunas y otras formas varias, así como algunos microburiles hasta de 4 cm. (fig., 15). También aparecen punzones de hueso junto con algo de industria de huevos de avestruz. Los yacimientos típicos de este período inicial o del Capsiense típico son los de Mechta-el-Arbi y Redeyef. Otra estación importante es la que proporciona el abrigo, bajo roca de Relilai, en Argelia, donde Vaufrev halló un extenso nivel de Capsiense típico, sobre el cual se situaba claramente otra capa del Capsiense superior (figura 16), con sus numerosos microlitos, sobre todo triangulares, y demás tipos citados (fig. 17). Así la estratigrafía de este yacimiento se completa con la citada de Aín Metherchen, pudiéndose situar a base de ambos primero el Musteriense africano, luego el Capsiense típico y, sobre él, la etapa del Capsiense superior.
Según Vaufrey, tras el Ateriense, que ocupó todo el norte de África, aparecen las industrias capsienses, que poco a poco se fueron extendiendo por toda la actual África blanca. Con gran insistencia este eminente prehistoriador hace constar que debajo de los niveles, tanto del Capsiense típico como del iberomauritánico Capsiense superior, como del Neolítico de tradición capsiense, aparece frecuentemente un estrato formado
por arcillas, en las cuales la única industria que suele recogerse es el Ateriense o el Musteriense. Las cuevas de los Osos y del Muflón en Constantina y la del Polígono y de los Trogloditas cerca de Orán, no ofrecen más que industrias relacionadas con el Ateriense en su base inferior. Las cuevas de La Muillah (Marnia) y de Kifan bel Gomari (Taza) son otra, prueba que se repite aun más claramente en la cueva de El Khenzira (Mazagán), de la cual hablaremos más adelante, y en el substrato del yacimiento iberomauritánico al aire libre de El Hank (Casablanca).7 Sólo la cueva de Abd el Kader (Saida) es una
excepción, pues encima de una tierra negruzca, con una
industria de hojas muy rara que sirve de fondo a este yacimiento, se
encuentra una tierra roja con una industria de discos y de puntas
triangulares de base afinada de sílex de calcedonia un tanto
extrañas a la clasificación general que se puede deducir
del estudio de las demás estaciones.
típico de Vaufrey; todavía hay dos niveles más donde se ve la evolución de esta cultura, en la cual predominan más y más los microlitos, apareciendo los trapecios y medias unas evolucionadas en el corte superior. Passemard insiste en la modernidad de todo el mundo industrial Capsiense que, si cae en el Paleolítico, ha de ser colocado muy al final, y de ninguna manera puede admitirse, según él, un sincronismo con el Auriñaciense europeo. Se ve, pues, claramente, como tras el Capsiense típico se desarrolla una segunda etapa del Capsiense, a la cual Gobert ha llamado Intergetuloneolítico, y ahora intenta denominar Intercapsoneolítico, equivalente a lo que Vaufrey denomina Capsiense superior, y que se caracteriza por los tipos siguientes raspadores anchos y cortos, que, como en el período Anterior, siguen siendo frecuentes; sin embargo, las grandes hojas de dorso rebajado y los buriles laterales han desaparecido casi por completo, y los escalenos agudos predominan junto con hojitas de corte oblicuo, a veces algo pedunculadas. Son muy frecuentes las hojitas de muescas bilaterales, las hojas dentadas o "sierras" y también son numerosos los microburiles; sin embargo, aun son raros los verdaderos microlitos geométricos, triángulos aquiláteros y trapecios. El hallazgo de primitivas muelas en algunos yacimientos de esta época, al igual que en el Capsiense de Kharga, al oeste de Egipto, excavado por Thompson, nos aseguran que estas gentes practicaron, si no la agricultura, sí, al menos, la recolección. También es mucho más abundante que en el período anterior la industria del hueso con punzones, azagayas, puntas y alisadores, y aumentan los hallazgos de huevos de avestruz grabados. Los hallazgos típicos de este período son los de Lala, cerca de Gafsa, y Rass Mdella, cerca de Redeyef. Dentro de este conjunto se puede distinguir una facies especial hacia Argelia, por la región de Constantina, dé la cual es un yacimiento típico el de Aín Rhilane, con un utillaje de sílex semejante al citado, pero con una serie de microlitos a base de triángulos rectángulos y. trapecios, en tanto que disminuyen los escalenos.9 Los yacimientos del Capsiense abundan en todo el
norte de África y Egipto donde ya hemos dicho que Vignard les
ha dado el nombre de Sebiliense. No pudiendo citar todos los más
importantes, sólo mencionaremos, además de los
indicados, algunos otros yacimientos con estratigrafía, aunque
la mayoría aparecen al aire libre sin capas que nos ilustren
sobre su evolución. Uno de las más completos es el de
Redeyef, excavado por Gobert y Morgan.10
Ofreció tres cortes que estos autores describen así :
discusión, una sepultura localizada en una
especie de fosa, entre la pared del fondo y un gran bloque de piedra.
Se encontraron en ella ocho esqueletos de niños en posiciones
muy diversas; dos estaban ocultos bajo piedras planas; dos maxilares
inferiores que pertenecen a adultos. El índice cefálico
de los cráneos oscilan entre 75 (dolicocéfalo débil)
Y 78'8 (subraquicéfalo). También diversos huesos largos
de adulto permiten fijar la estatura entre 1'54 m. y 1'58. El tipo
presenta caracteres negroides (prognatismo más o menos
acentuado, dientes con implantación muy oblicua, muy gastados);
el mentón, poco marcado; el rostro, platirrino; la abertura
nasal, ancha y triangular. Este esqueleto de Redeyef, así como
otro semejante de Tebesa, descrito por Bertholon y Chantre, son de un
tipo negroide mesaticéfalo muy semejante al tipo nubio actual,
y Vaufrey ha insistido en que seguramente se trata de un enterramiento
posterior, de la época del Bronce o del Hierro, caso frecuente,
pues muchas veces los basureros prehistóricos muestran este fenómeno
dé enterramientos; muchos incluso son de época islámica,
que nada tienen que ver con los yacimientos, arqueológicos, los
cuales han servido sólo para cavar una tumba, cosa no siempre
percibida por los excavadores. El área de expansión de la cultura Capsiense. - Respecto a la expansión de estas facies o períodos del Capsiense, las conclusiones de Vaufrey y sus seguidores Gobert y Passemard, entre otros, son terminantes y revolucionarias. En primer lugar el capsiense típico sólo aparece en la región del sur de Túnez y Argelia, hacia el departamento de Constantina, no alcanzando por ninguna parte el mar. El Capsiense superior nos ofrece una mayor área de expansión, pues además de aparecer en la región donde se nos ofrece el Capsiense típico, alcanza también las zonas de más al norte y oeste, pero sin repasar la región de las altas mesetas de Túnez y Argelia. Se observa, además, que en relación con la rareza de las materias primas de sílex, los yacimientos del Capsiense superior se van empobreciendo a medida que se sitúan más al norte y más al oeste.
La pobreza máxima se puede ver en los
yacimientos de la parte sur del Atlas, como en los concheros de
Mechta-el-Arbi, donde esta industria se halla con los restos humanos
de la raza de este nombre, de la que trataremos a continuación.
Allí, ya en el Capsiense superior, la industria no difiere
apenas de la iberomauritánica u oraniense, cultura del ciclo
industrial capsiense que ocupa la zona del litoral (fig. 19). El Iberomauritánico fué caracterizado por Pallary, por sus percutores, núcleos, hojas sencillas de bordes retocados, hojas de muescas, gran número de hojitas microlíticas de dorso rebajado y punta muy aguda, raspadores circulares, discos, material para moler el color y algo de industria del hueso con fauna cuaternaria. Este autor creyó en una afinidad estrecha entre esta industria y la que anunciaban a este lado del Mediterráneo en la región de Murcia-Almería, algunos hallazgos de Siret, y le dió el nombre de Iberomauritánica y sostuvo que el Capsiense y el Iberomauritánico terminaban en dos industrias neolíticas semejantes: el Mauritaniense y el Sáhariense.11
Lo más importante de las investigaciones
realizadas sobre estas culturas es que Capsiense típico resulta
una industria que no llega a la costa y queda localizada sur de Túnez,
al menos según los hallazgos estudiados hasta hoy, avanzando
los yacimientos durante la fase final del Capsiense superior hasta la
región del norte de Argelia, pero mostrándonos un
empobrecimiento grande las estaciones conforme se avanza del sur hacia
el norte y del este hacia el oeste, ocupando estas últimas
regiones," cultura oraniense o iberomauritana. El
problema de la cronología del Capsiense. -Muy
discutido es el problema eronológico de todo este conjunto de
industrias, pues falta, a pesar de los hallazgos citados, una
estratigrafía segura. Se sitúa cronológicamente
el Capsiense entre el Ateriense por un lado y el Neolítico por
otro; pero a su vez el Ateriense parece ha perdurado mucho, sobre todo
hacia el oeste, y el Neolítico sólo se puede fechar por
sus relaciones con las culturas predinásticas egipcias, de las
cuales arranca. Gobert, Vaufrey y Passemard han establecido en los
yacimientos citados las superposiciones de los estadios del Capsiense,
cuya evolución queda así asegurada. En general parece se
puede afirmar la superposición cronológicas del
Capsiense tras el Ateriense por la estratigrafía de varios
yacimientos,13 pero falta saber con
certeza el valor cronológico de esta industria caracterizada,
por sus puntas con pedicelos, pues para unos es una continuación
tardía del Musteriense, mientras otros arqueólogos
sostienen su sincronicidad con el Musteriense europeo.
Ruhlmann, principalmente, ha mantenido que el
Ateriense no es independiente del Musteriense, aportando, para
defender su tesis, la estratigrafía de la cueva de El.
Khenzira, donde aparece un nivel medio de esta cultura, al cual hemos
visto se superpone un nivel musteriense superior y luego un nivel
iberomauritánico, osea oraniense, cómo quieren
denominarlo Breuil y Vaufrey14. La
misma dificultad plantea la clasificación del Esbaikiense, que
acompaña en algunas estaciones al Ateriense. Esta industria es
de gran interés, como hemos indicado, por su tipología,
caracterizada por puntas de talla bifacial, que hacen pensar en una
semejanza con el Solutrense europeo, cuyo origen africano en nuestra
opinión está llamado a tenerse muy en cuenta. En definitiva, hoy hay dos tesis que, elaboradas
con una rígida técnica científica y con garantías
suficientes para ser tenidas en consideración, se oponen la una
a la otra irreconciliablemente. |
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1.
El nombre de Capsiense fué dado por J. de Morgan, y debe ser
respetado. Pallary lo substituyó por el de Getuliense, que no ha
tenido fortuna, aunque no es seguro cuál fué puesto antes
en circulación, El trabajo inicial y capital sobre estas
industrias fué el de J. de MORGAN, L. CAPITAN y P. BOUDY, Etude
sur les Stations préhistoriques du Sud-Tunisien, en Rev. de l'Ec.
d'Anthropol., xx, págs. 105, 2o6, 235, -267,-igio;
Rev.,Anthropol., XXI, págs. 216-1911. 2. En nuestro trabajo nos apartamos ya totalmente de esta insostenible tesis mantenida hasta no hace mucho por todos los prehistoriadores, en la cual se dividía la Península Ibérica durante el Paleolítico superior en dos zonas, una afín a Europa, llamada francocantábrica, que abarcaba el norte de España, de Astúrias a Cataluña, y otra ocupada por la industria africana capsiense. La revisión de estas industrias y los hallazgos españoles de los últimos años nos han probado que tal hipótesis era un producto de estudios poco profundos y de clasificaciones precipitadas de materiales arqueológicos, conforme estudios más detenidos han asegurado. Ya sostuvimos esto en nuestro manual Introducción a la Arqueología, vol. I páginas 106 y sigs., Barcelona, 1941, donde existe un breve capítulo que aquí ampliarnos notablemente y rec. tificamos en parte. 3. Puede verse una visión completa de los estudios realizados de la prehistoria norteafricana hasta los trabajos recientes de Vaufrey, a los cuales nos referimos en nuestra exposición en : M. REYGASSE, Les âges de la pierre dans l'Afrique du Nord (Algérie), en Revue Historique, 1931, separata de Histoire e Historiens de l'Algérie; H. BREUIL, l'Afrique Préhistorique, en Cahiers d'Art, año XII, núms. 1-3, 1037. Otros grandes trabajos de síntesis son : P. PALLARY, Instructions pour les recherchers préhistoriques dans le Nord,Ouest de l'Afrique (Mémoires de la Soc. Hist. Algérienne, t. in, Argel, 1909); ST. GSELL, Histoire Ancienne de l'Afrique du Nord, t. 1, París, 1921: J. de MORGAN, La préhistorique orientale, t. II, pag. 339, París, 1925-27. 4. BREUIL L'Afrique Préhistorique, en Cahiers d'Art, año XII, muns.1 a 3. París, 1937, Pág. 73. 5. E. VIGNARD, Une nouvelle industrie lithique: le Sébilien, en Bull. de l'Inst. Français d'Arch. Orientale, t. XXII, 1923, y Bull. de la Soc. Preh. Franç. pág. 200; París. 1928. 6. R. VAUFREY, Notes sur le capsien en L'Anthropologie vol. XLIII, 33, Pág. 428; ídem, Stratigraphie capsienne, en Swiatowit., vol. XVI, 1934-35, Varsovia, 1936, Pág. 15. 7. R. VAUFREY, L'Art Rupestre Nord-Africain, París, 1939, pág. io. E. G. GOBERT y R. VAUFREY, Deux gisements extrêmes d' Iberomaurisen, en L' Anthropologie, t. XLII, Pág. 449, 1932; M. ANTOINE, Notes de préhistoire marocaine V. Station moustérienne a quartzites du plateau de la corrière Martin a El Hank, en Bull. de la Soc. de Préh. du Maroc, t. VI, pág. I; A. DEBRUGE, La grotte des Ours (Recueil des Not. et Mém. de la Soc. A Arch. hist. et géogr. de Constantine, t. XLII, 1909); VAUFREY, Notes sur le Capsien, Pág. 483, y Stratigraphie capsienne, pág. 20; 1-1. MARCHAND, Instruments pedonculés atériformes dans le Capsien Inférieur (Bull. de la Soc. Hist. Natur. de l'Afrique du N., XXVIII, 1937), Y Stations préhistoriques nouvelles.... pág. 3 7, nota; íd., L'inter-atéro- Capsien, en Bull. de la Soc. Préh. Franç., t. XXXVI, Pág. 312, 1939; H. KOEHLER, Etude des stations cotiéres atlantiques de la zone Nord de Rabat a Tanger, en Anuario de Preh., Madrid, t. IV-V-VI, Pág. 93, Madrid, 1935. 8. E. y L. PASSEMARD, Le Capsien de la Table Ouest dit "Abri Clariond" a Moularés (Sud-Tunisien) en Préhistoire, t. VIII, París, 1941. 9. Las referencias a los hallazgos de Kharga, en L'Anthr., XLII, pág. 647; R. VAUFREY Notes sur le Capsien, Pág. 474; E. GOBERT, Les escargotiéres, Le mot et la chose, en Rev. Afric., 1937. 10. E. GOBERT, L'Abri de Redeyef, en L'Anthropologie, 1912, pág. 151. 11. PALLARY, Note sur un gisement paléolithique de la Province d'Oran, en Bull. Arch. du Comité des Travaux hist. et scient., Pág. 341, 1909. P. PALLARY, Instructions pour les recherches préhistoriques dans le Nord-Ouest de l'Afrique (Mémoires de la Soc. Historique algérienne, t. III, 1909); Id., Revue de Préhistoire maghrébine (1914-1917), en L'Anthropologie, t. XXIX, Pág. 89, 1918-1919. 12. Este es el nombre que proponen VAUFREY y GOBERT, Deux gisements d'Ibéromaurisien, en L'Anthropologie, t. XLII, Pág. 449, 1932, y obras citadas anteriormente, tras habérselo sugerido BREUIL. La razón para el cambio la da el hecho de que las industrias descubiertas por SIRET y lo que se sabe del Paleolítico levantino, de El Parpalló sobre todo (citado como argumento por dichos autores), desmienten el supuesto paralelismo entre la costa norte de Africa y España Tampoco puede ponerse en parangón la industria de Sicilia, Grimaldiense, o sea Auriñaciense, prolongado y empobrecido con el Capsiense. También niegan dichos autores que el nivel inferior de Hoyo de la Mina pueda considerarse como Capsiense, ya que comprende raspadores espesos, instrumentos desconocidos en África, buriles de tipo distinto del propio de dicha industria y piezas de hueso más numerosas que en aquélla y en el Oraniense. 13. E. G. GOBERT y R. VAUFREY, Deux gisements extrêmes d'Ibéromaurisien, en L'Anthropologíe Págs. 43-121, París, 1941. VAUFREY, Notes sur le Capsien, Pág. 480, y Stratigraphie capsienne, pág. 26; E. et L. PASSEMARD, Le Capsien de la Table Ouest dit <,Abri Clariond» a Moularès (Sud-Tunisien), en, Préhistoire, t. VIII, Págs. 43-121, París, 1941. 14. A. RuHLMAN, Les grottes préhistoriques d'El Khenzira, en Publications du Serv. des Antiqu. du Maroc, fasc. 2, París, 1936. 15. L. PERICOT, La cueva del Parpalló, Madrid, 1942, Pág. 313. 16. PALLARY, Note sur une collection préhistorique saharienne, en Revue Alfric., 1941; BREUIL, L'Afrique Préhistorique, Pág- 458. Véase también sobre esto, M. ANTOINE, La station ibéro-maurisienne de Bouskoura, en Bull. de la Soc. de Préh. du Maroc - pág. 88, 1934; 17. A. RUHLMANN, Les grottes préhistoriques d'El Khenzira pág. 97; otra obra importante de RUHL MANN es Le Paléolithíque marocain (tirada aparte de La Science au Maroc, A FAS, 1923). Opiniones semejantes sobre la cronología del Oraniense en la obra de BOULE VALLOIS, VERNEAU y ARAMBOURG, Les grottes Paléolithiques des Beni-Segoual (Algérie) (Archives de de P.I. Hum. Memoria núm. 13, pag. 75 París, 1934, |
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