3.5.- Las figuras humanas
Las figuras humanas del Abrigo Grande del Uadi
Pequeño son una parte muy importante de su iconografía,
no tanto por el porcentaje total sobre la misma, sino porqué
pensamos que es la representación ideal que los artistas
han realizado de sí mismos y de sus comunidades. Cabe también
la posibilidad de que estemos ante una imagen de seres míticos
y, por tanto, no se trate de personajes reales sino de las
representaciones de seres que puedan formar parte del imaginario mítico-religioso
(espíritus, antepasados, divinidades......). Esta
posibilidad se refuerza cuando nos remitimos a las características
de estas figuras, sobre todo a su tamaño. No parece que las
figuras humanas por su idiosincrasia puedan tener un rango o función
inferior a las figuras animales en la iconografía de este
arte, tal vez todo lo contrario.
Las figuras humanas y sus diferentes
manifestaciones, como las imprentas de manos, dan a la presencia
humana una importancia esencial en el total de la iconografía.
El análisis y estudio de la figura humana es de suma
importancia. En primer lugar, para nosotros es la única
posibilidad de acercarnos al aspecto de los artistas. Las figuras
humanas son mostradas de forma completa, no existe ninguna
representación de solamente bustos, retratos o partes del
cuerpo como encontramos en el arte paleolítico euroasiático:
vulvas, falos, etc. Por tanto, el artista representa a la figura
humana en su totalidad, siendo a veces muy minucioso en la ejecución.
Las pequeñas dimensiones de las figuras imposibilitan los
detalles de la cara, en general, ésta consiste en una
mancha redondeada. No se aprecian en las figuras vestidos, faldas,
ni otros elementos que nos hablen de la posible indumentaria. Por
esto creemos que se han representado desnudos. Como ya hemos
apuntado anteriormente, cabe la posibilidad de que en algunas
figuras esté indicado un taparrabos o una funda fálica.
En la figuración del abrigo encontramos
el grupo de antropomorfos, compuesto por representaciones poco
claras de lo que podrían ser figuras humanas y, por tanto,
poco significativas para el análisis e interpretación
de las mismas. La tradición del estudio del arte rupestre
ha aplicado este concepto a la totalidad de las representaciones
humanas, ello se debe a que en el arte paleolítico las
figuras humanas son generalmente muy poco definidas. Las características
generales de las figuras humanas del Abrigo Grande del Uadi Pequeño
son: Han sido ejecutadas con pintura roja. Son de pequeñas
dimensiones, no superan nunca los quince centímetros de
altura. Esta pequeña estatura no quita en la ejecución
de las mismas un alto naturalismo y detallismo dentro de las
posibilidades técnicas.
Hemos intentado analizar la existencia de algún
"canon" de representación de la figura humana.
Para realizar este trabajo hemos partido del método que
Leroi-Gourhan aplicó para las estatuillas paleolíticas
(Leroi-Gourhan, 1984, p. 513). Hemos tomado dos de las figuras más
representativas de la iconografía humana del abrigo, una
femenina y otra masculina. Para determinar el encuadre, hemos
proyectado sobre éstas dos ejes: uno vertical de simetría
igual a su altura máxima y otro, horizontal, en la parte
del cuerpo más ancha. Esta acción nos indica que el
centro de intersección de los ejes y de gravedad de las
figuras se sitúa en las caderas, concretamente a la altura
de los genitales (ver lámina
9). Unidos los extremo de los ejes, obtenemos un encuadre
con forma de rombo irregular, con un triangulo superior mucho
mayor. Este encuadre nos permite visualizar que el diseño
de las figuras ha dado más fuerza a la parte superior de
las mismas, confiriéndoles un aspecto altivo y estilizado.
A continuación, hemos pasado a determinar si la construcción
de las figuras tiene un ritmo o cadencia. "En la estatuaria,
un segundo rasgo de carácter rítmico nos brinda la
repetición dos, tres y más veces de articulaciones
de igual valor, corrientemente verticales y que dejan
sobreentendidas las proporciones, constituyendo, para la
estatuaria vertical, el elemento determinante de la expresión
de armonía. Estos "intervalos isométricos"
responden a "divisorias" técnicas, con la
alternancia de simas y cumbres de concavidades y redondeces.
Coinciden con puntos notables, como el mentón o el ombligo,
pero no forzosamente con puntos anatómicos constantes, lo
que les diferencia del "número áureo" del
canon de la estructura clásica y explica porqué la
aplicación de un análisis fundado, por ejemplo,
sobre el número de cabezas que integran una estatura o la
misma longitud de brazo, no conducen más que a resultados
inconstantes. Los intervalos isométricos marcan, a la
manera de un ritmo prosódico, la cadencia que pueden hacer
de la aplicación consciente y voluntaria de una fórmula
tradicional o surgir de forma no explicitada del sentimiento plástico
del ejecutante. El encuadre e intervalos isométricos se
combinan para determinar el juego de las proporciones."
(Leroi-Gourhan, 1984, p. 515). Se proyectan, desde el punto de
intersección de los ejes, espacios de igual valor en
sentido vertical, que nos explicitarán las proporciones. En
nuestro caso este espacio, que nosotros denominamos "A",
lo hemos repetido cuatro veces en el triangulo superior y tres en
el triangulo inferior. Hemos visto como efectivamente el espacio
isométrico coincide con "puntos notables"
(cadera, pecho, cuello, rodillas, tobillo), estas simas y
redondeces de que nos habla Leroi-Gourhan.
3.5.1.- Los recursos de representación
Es de destacar que la mayoría de las
figuras están ejecutadas en una actitud, por parte del
artista, de concentración. Para la ejecución de las
figuras el artista ha estado sentado o agachado, disponiendo las
figuras humanas en las partes más bajas de la cavidad.
Nunca en esta cavidad se ha ejecutado una figura de pie. En las
partes medias y altas de la cavidad no existen figuras humanas, éstas
pueden estar sustituidas por la representación de manos.
Para realizar las figuras los artistas han utilizado los recursos
de representación más variados: a través de
contorno o perfil, a través de manchas de pintura plana sin
degradados (siluetas), o combinando en una misma figura estos dos
recursos. Se muestran de frente y de costado.
(ver lámina 12)
Pueden presentar distintos niveles de escorzo,
este escorzo de las figuras, según nosotros, puede deberse
a dos motivos: uno, a la necesidad de creación del efecto
de una tercera dimensión y dos, a la necesidad de
representar partes del cuerpo que de otra manera no serian
mostradas o que la perspectiva formal haría invisibles. Las
figuras están representadas en actitudes hieráticas
o en movimiento. En algunas imágenes el movimiento se
representa por una especial posición de las piernas, éstas
se separan hasta crear un ángulo de unos 30 o 35º, una
mantiene la posición vertical y la otra parece como que
pierde el contacto con el suelo en una actitud de "marcar el
paso". (fig.11 y
12 del panel 2). También observamos figuras sentadas
(Panel 2). Los brazos pueden tomar diferentes expresiones: estar
extendidos en posición horizontal, presentar una posición
de "brazos en jarra", muy característica en
algunos grupos de figuras. Con algunas excepciones, la mayoría
de las figuras están representadas formando grupos que, por
su posición y características, parecen responder a
rituales, celebraciones o fiestas. También aparecen escenas
de caza (panel 1).
Algunas de las escenas relacionadas con animales son difíciles
de interpretar, pues pueden referirse al pastoreo o a sacrificios
(panel 13). Otras,
por su relación más distante nos resultan enigmáticas.
Las escenas más representativas del abrigo poseen una
característica que hay que remarcar. El grupo 3 de la
escena tercera del panel 2 muestra, según interpretamos, un
grupo de mujeres, la mayoría de las figuras presentan
características que concuerdan con esta asignación.
En el lado opuesto de la cavidad, otro grupo
(panel 8) del mismo
estilo y características parece estar compuesto por figuras
humanas masculinas. Ambos, aunque comparten estilo, difieren en la
actitud y en la actividad de las figuras. En el grupo de figuras
femeninas destaca una actitud relajada, de reunión, muchas
de las figuras están sentadas e incluso se representan con
bebés junto a ellas, nos parece que retratan una escena
cotidiana. En el grupo de figuras masculinas, muchas de ellas
armadas con artefactos en las manos, la actitud es mucho menos
relajada. ¿Hay una voluntad de representar la separación
de dos ámbitos, el masculino y el femenino?, ¿Existe
en esta sociedad una división social?. Existen figuras
aisladas, como perdidas en el espacio. Este es el caso de la
figura humana del panel 12. Las figuras humanas representadas
muestran unas características que nos llevan a creer en la
intención de mostrar los géneros por separado.
Algunas figuras a causa de sus atributos son a nuestro parecer
claramente femeninas: pechos, peinados y caderas abultadas o
esteatopigia (panel
2, escena 3, grupo 3). Estos tres atributos, tanto
combinados como por separado, explican un grupo de figuras, el
resto podrían atribuirse al genero masculino, o neutro, sin
sexo. Otro grupo de figuras itifálicas parece representar
el sexo masculino (panel 12), pero a causa de su poco detalle,
podría tratarse también de representaciones de
taparrabos. Otra de las claves que ayudan a establecer esta
diferencia de sexo, es la tendencia a representar la figura
femenina con un relleno de pintura plana y la figura masculina por
su contorno sin relleno. La figura femenina muestra, en los casos
más claros, unos tocados o peinados más
espectaculares, podría tratarse de trenzas, colas o "rastas".
Finalmente, como conclusión a las características de
las figuras humanas, nos atreveríamos a afirmar que existe
la tendencia a realizar la figura femenina con pechos,
esteatopigia, con peinados y tocados y con relleno interior,
(ver lámina 10); la figura humana masculina, (panel
8), (ver lámina 11), por su parte, es representada a través
del contorno, sin relleno interior y mucho más estilizada.
En otras escenas podemos descubrir la presencia de niños y
adolescentes. Observamos la representación de un niño
asociada a una figura femenina sentada (fig.18), a los pies de
esta figura femenina destaca una pequeña representación,
que nos inclinamos a interpretar como una escena de maternidad.
Aunque la información que tenemos sobre
arte rupestre de la zona de Mauritania y de Marruecos es, en
muchos casos, insuficiente, y aunque los trabajos son antiguos y
la elaboración de los calcos es deficiente, Vernet recoge
una interpretación de las figuras humanas: "La frise
famillale est un thème qui illustre une homogéneité
certaine: des adultes et des enfants se tenant par la main"
(Vernet, 1993, p.144). Visto esto, no parece extraño en la
zona la aparición de niños en las escenas de figuras
humanas.
3.5.2.-Los peinados y tocados.
Este es uno de los aspectos que más
caracterizan a algunas figuras. En el panel 2 observamos unas
figuras con un peinado/tocado realmente inéditas. No las
encontramos en el arte rupestre de Mauritania, ni en las figuras
humanas publicadas por Monod (Monod, 1951) en el Zemmur. Creemos
que estamos ante un tipo de figura humana singular que se
diferencia claramente de otros de la zona. A estas figuras de la
escena 3, grupo 3, se les aprecian unos trazos laterales que
parecen corresponder a unas trenzas. En las figuras del panel 8
nos encontramos con tocados que muy bien podrían ser
plumas, pero la conservación del pigmento y las pequeñas
dimensiones de las figuras no nos ofrecen mayor detalle
3.5.3.- Los objetos en las figuras humanas
Muchas de las figuras de esta iconografía
llevan objetos en las manos. Las pequeñas dimensiones de
las figuras humanas y su conservación no permiten, hasta
ahora, poder determinar con precisión la función de
estos objetos. Pero, indicarían tanto las actividades a las
que se dedican estas figuras, como también su estatus
social. La mayoría de los objetos están en manos de
figuras humanas que nosotros interpretamos como masculinas o, como
mucho, que no son claramente femeninas. Objetos tipo arco. Algunas
figuras (fig. 3, fig.159 y fig.235), parecen portar en las manos
un arco. La fig.3 del panel 1(ver lámina 12) enfrontada a
un bóvido con el que parecen formar una escena de caza. La
figura de factura muy esquemática (fig. 159) sujeta con la
mano derecha un arco con una flecha. La figura 235 del panel 14
(ver lámina 12) parece sujetar con las manos un objeto que
podría ser un arco.
Objetos tipo maza. Este objeto se caracteriza
por tener un mango corto y una forma abultada en el extremo.
Normalmente las figuras humanas enarbolan el objeto, llevan el
brazo en alto, en actitud de mostrar el objeto. (fig. 150 y
fig.153 del panel 8, fig 174 del panel 9).
Objetos sin identificar. En muchas figuras está
claro que llevan objetos en las manos, (fig. 11 y fig.12 del panel
2, fig. 161 del panel 8, fig. 176 del panel 9) pero su
interpretación es realmente difícil. Otros tipos de
figuras parecen llevar objetos en la espalda, a modo de mochila o
zurrón (fig.161) (ver lámina 12).
Objetos tipo alabarda. Un grupo de figuras
(fig.160, fig.162 y fig.164 del panel 8) (ver lámina 12)
llevan en las manos un objeto de mango alargado, casi tan grande
como la figura humana. El mango largo finaliza con una forma de
tipo triangular. El hecho de nombrar estos objetos "tipo
alabarda", nos presupone a un tipo de interpretación
que nos puede confundir. Es evidente que si fuera una alabarda,
daríamos a estas pinturas un valor cronológico
claro, situándolas en la época de los metales. Lo
mismo pasaría si a estos objetos los llamáramos
azadas. Por el hecho de nombrarlas de esta manera no queremos de
ningún modo determinar su interpretación, ya de por
si muy difícil. Por tanto, utilizamos este concepto como
descripción de la forma, o sea, que se parecen a una
alabarda, no que lo sean. |