1.-INTRODUCCIÓN
Iniciar el estudio de un nuevo y extraordinario
sitio de arte rupestre prehistórico, es para el arqueólogo
una fuente de nuevas, intensas e inexplicables sensaciones. Es
vivir momentos extraordinarios de aquellos que se producen muy de
tarde en tarde. Pero si esto sucede en medio de la inmensidad del
Sahara, el paisaje sobrecogedor, la mística de los mitos
del desierto y la gran calidad de las obras representadas, la
aventura intelectual resulta indescriptible. Este enclave conocido
por algunos viajeros y arqueólogos, permanecía desde
el punto de vista arqueológico inédito. No existía
investigación alguna que hubiera iniciado su estudio sistemático,
hasta que un equipo de la Universitat de Girona, dirigido por el
Dr. Narcís Soler emprendió esta tarea a partir de
1995.
Diciembre de 1995. Un grupo de arqueólogos
y antropólogos de la Universitat de Girona, en un viaje de
trabajo a los campamentos de refugiados de Tinduf, tuvo la
oportunidad de visitar por primera vez el enclave de arte rupestre
de Rkeiz. Este contacto inicial con el arte de Rkeiz concluyó
con una exploración exhaustiva de la zona del Uadi Pequeño.
Se fotografiaron todos los conjuntos y se situaron en el GPS.
Marzo de 1996. Se restableció la
prospección con el hallazgo de más abrigos decorados
y se completó la colección fotográfica.
Agosto de 1997. Un importante equipo de
la UdG se desplazó a la zona de Rkeiz, para cartografiar y
fotografiar al detalle los abrigos más importantes (Abrigo
de las Cien Manos, Abrigo de la Bailarina, Abrigo de los
Bailarines, Abrigo Grande del Uadi Pequeño). Se amplía
la zona de prospección hacia el norte, hacia el sur, y en
la zona del altiplano de Lemgasem.
Marzo de 1998. Se reanuda la prospección,
documentación fotográfica, cartográfica y
situación GPS de todos los abrigos.
1999-2000. Se inicia la prospección
de Uadi Kenta para establecer sus características y su
posible relación y continuidad con Rkeiz, se fotografían
y describen todas las cavidades, su situación GPS y su
cartografía. Se toman muestras de industria lítica
en algunos abrigos, así como muestras de colorantes.
Marzo 2001. Se realizan experiencias en
fotografía ultraviolada. Primer sondeo en fase de estudio
en un abrigo.
Un eminente científico catalán,
al inicio de su obra Qüadros del Sahara, relatando su viaje
al Sahara en 1903, decía así: "Una missió
purament cientifica fou la causa de ma anada a Rio de Oro, a
n'aquest tros de desert del Sahara pertanient al Estat espanyol;
però la ciencia no està pas renyida amb l'art, i per
això mentres completava les notes científiques
aplegades, com a passatemps o esbarjo escribía les
impresions rebudes, en la mateixa fulla de cartera que contenia números
i datos." Este científico era mossén Norbert
Font y Sagué, geólogo, y a él debemos las
primeras notas arqueológicas sobre el Sahara Occidental: "Los
kiokenmondingos de Río de Oro. Sahara español"
(Font y Sagué, N., 1902).
Puede parecer chocante que estemos hablando de
sensaciones y sentimientos, pues se supone que somos arqueólogos
y, por tanto, científicos, que tenemos que utilizar un
lenguaje medido, racional, frío y objetivo, pero nos
permitirán que, aunque no sirva de precedente, utilicemos
también el lenguaje de los sentidos. Qué es el arte,
sino un cúmulo atmosférico de sentimientos humanos,
en su gran parte. Dejemos pues que nos influyan las obras de los
artistas prehistóricos del Sahara Occidental, su
genialidad, su capacidad de sobrecoger el ánimo del
observador sensible y de crear cosas bellas.
No tenemos claro si los abrigos fueron viviendas
o santuarios mágicos, en todo caso la fuerza de la
presencia humana es evidente. Si uno está decidido a dejar
las comodidades occidentales para ejercer de arqueólogo en
el Sahara, espera que los mitos del desierto se comporten como
tal, que no defrauden, que colmen las expectativas aventureras y
estéticas. Que el calor de agosto te deje tumbado, que el
siroco se imponga y haga imposible la vida normal, y que el irifi
sople como si estuviéramos viviendo dentro de un horno. El
paisaje es uno de los mitos más reconocidos del Sahara, su
belleza desnuda ha llenado páginas y páginas de
poemarios, novelas y diarios de viajeros.
Rkeiz está situado en medio de un paisaje
evocador que no tiene desperdicio. Forma parte de las montañas
de Lemgasem, elevación de origen tectónico, que pone
al descubierto rocas areniscas paleozoicas. Estos estratos de
rocas areniscas han sido cuarteados por infinidad de diaclasas que
han producido la individualización de grandes bloques
formando un paisaje de calles y pasajes naturales que se
entrecruzan entre sí, dando lugar a un ambiente laberíntico.
La aparición de numerosas cavidades de poca profundidad, a
causa de la erosión, define y caracteriza este entorno. El
paisaje tiene una pátina de venerable ancianidad, las
edades geológicas nos sobrecogen, nuestras manos acarician
las desgastadas y pulidas rocas con devoción.
El espíritu del desierto está
presente. Desde lo alto de la cumbre y también desde las
cavidades, se observan las magnificas llanuras del Uadi Erni,
donde se intercalan pequeñas elevaciones. En el horizonte,
hacia levante, se perciben las moles pétreas de Uteid
Annania. Ríos secos que concentran la mayor parte de la
flora y fauna de la región, zigzaguean como las huellas de
una gran culebra. Los restos de lo que fue una sabana espinosa:
acacias, retamas, dan el contrapunto verde a un paisaje tostado
por el sol. La situación estratégica de los abrigos,
la belleza del paisaje actual y lo que presentimos que fue, nos
ayudan a comprender por qué el hombre prehistórico
escogió este lugar para vivir y ser artista.
¿Cuál es la importancia de este
enclave de arte rupestre prehistórico? En primer lugar hace
tiempo que no se realizan nuevas aportaciones al estudio del arte
rupestre del Sahara. Argelia, Libia, Níger, Chad, cuentan
con excelentes zonas que han permitido el conocimiento y el
estudio de las culturas prehistóricas del Sahara. Quedaba
un inmenso vacío en la zona occidental del Sahara, donde
faltaban enclaves de arte rupestre cuya calidad y cantidad fueran
la referencia regional. Este es el caso de Rkeiz, que nos puede
proporcionar nuevas visiones sobre el estudio del arte rupestre
prehistórico del Sahara.
En segundo lugar, los conjuntos nos revelan una
calidad y originalidad únicas, por tanto, estamos seguros
que nos enfrentamos al reto de estudiar una manifestación
artística con escuela, estilo y cultura propia. En tercer
lugar, otra de las características que hacen extraordinario
este enclave es la densidad de yacimientos. Pese a la dureza de la
exploración, a causa de su orografía tortuosa y
laberíntica, son ya decenas los abrigos descubiertos que se
agrupan a lo largo y ancho de Lemgasem, donde quedan kilómetros
y kilómetros de cordillera y una infinidad de abrigos,
covachas y oquedades por explorar.
Por regla general los abrigos más
importantes aparecen pintados en casi la totalidad de la
superficie, desde un extremo hasta el otro del abrigo y desde poco
centímetros a ras de suelo hasta el techo, a veces
inaccesible. Por tanto, Rkeiz es el enclave de pintura más
importante, por el momento, del Sahara Occidental, incluye decenas
de sitios y millares de representaciones. Estas características
cuantitativas nos sugieren ya que la zona de arte de Rkeiz puede
ser incluida entre las regiones de primera importancia en los catálogos
e inventarios mundiales. Esta zona se individualiza culturalmente,
tipológicamente, topográficamente y estilísticamente
entre las ya conocidas en el Sahara y en África. La campaña
realizada en agosto del 97 fue extremadamente positiva, aumentó
el número de abrigos conocidos y a medida que el perímetro
de la zona de estudio se va ampliando nuevos estilos van
apareciendo. Una de las líneas de trabajo actual es la
creación de un banco datos suficiente para ser el punto de
partida de los estudios más concretos y de las monografías.
Este banco de datos tiene como fuentes de información el
estudio in situ de las representaciones y un trabajo de
laboratorio fundamental y complementario. El estudio de campo
comporta el levantamiento topográfico de las cavidades, una
amplia y variada documentación visual, desde los croquis a
mano alzada a modo de diario de excavación, hasta una
detallada documentación fotográfica tanto analógica
como digital, y las tomas en vídeo, todo lo cual conforma
la base de la documentación visual. Momentáneamente,
se ha descartado el calco directo, dada la fragilidad de la mayoría
de las pinturas. Una maraña de estilos, representaciones y
diferentes lenguajes artísticos están presentes en
las paredes de los abrigos. Desde la figuración naturalista
hasta diferentes niveles de abstracción. La figuración
realista o naturalismo, convive con lenguajes más
abstractos.
Su temática, su iconografía, está
inspirada en la vida cotidiana, en la representación del
mundo que envuelve al artista, desde las representaciones de la
vida salvaje, hasta la plasmación de danzas rituales, cacerías
y escenas cotidianas del grupo humano al que pertenece el artista.
Pero la abstracción acompaña, como siempre, a las
representaciones realistas. Signos, símbolos y códigos
indescifrables enmarcan y enfatizan las figuras. Desde la
prehistoria este enclave ha mantenido su capacidad de seducción,
tanto por su situación estratégica, como por su
confortabilidad y rico ecosistema. Esta primera impresión
puede ser corroborada por la presencia a los pies de los abrigos
de un registro arqueológico muy diverso. El paleolítico
inferior-medio está representado por una numerosa presencia
de bifaciales, hendedores de facies achelense, grandes lascas, y
una abundante industria levallois. Así mismo, está
presente una industria ateriense con sus características
puntas pedunculadas (Escolà, 2001). La industria leptolítica
del Paleolítico superior, Epipaleolítico y Neolítico
es la principalmente representada, con grandes acumulaciones de
restos de talla a los pies de los abrigos. No faltan tampoco
algunos restos cerámicos.
Gran parte de las representaciones del arte de
Rkeiz comparten un valor añadido: riqueza estética.
Un arte notablemente enriquecido por la idealización,
estilización y reformulación de la realidad, por la
búsqueda de valores estéticos, narrativos. Este plus
estético es el que convierte un signo, símbolo o una
representación cualquiera en una obra de arte, el símbolo
se aleja de un utilitarismo cotidiano y se acerca a conceptos
exclusivos, mágicos. La representación de la figura
humana es sin ninguna duda la más enigmática, pero
también la que nos aporta más cantidad de información,
tanto desde el punto de vista antropológico, etnológico,
psicológico como arqueológico. El hombre no es una
figura hierática, alejada de la realidad. Hace cosas y en
general lo hace acompañado. A veces aparece un cazador
solitario, un pastor, una hazaña individual, pero
mayoritariamente es representado como un ser social activo, en
medio de rituales danzas, cacerías u otras actividades
cotidianas. Ensimismados ante las representaciones nos parece
reconocer una música, un grupo de bailarines inician un
ritual ancestral, su disposición es decidida, al unísono
los bailarines ejecutan un paso de la danza, blandiendo al aire
artefactos. De sus gargantas nace un canto que retumba por las
paredes de la cavidad. Todo ello nos lo sugiere, por ejemplo, el
panel numero tres del Abrigo de los Bailarines. Arqueológicamente
así bautizado en honor al panel más emblemático
de la cavidad tanto por su calidad artística como su buen
estado de conservación. El Abrigo de los Bailarines da paso
al Abrigo de la Bailarina. En este caso la figura homónima
de la cavidad es una bella figura femenina del panel 14, de
sugestivas curvas, que extendiendo sus brazos sigue el ritmo de la
danza. Va tocada por un hermoso peinado o tocado que realza una
cara que el artista solamente ha sugerido, pero que intuimos
feliz, como una diosa. A su alrededor, unas figuras más
pequeñas que ella, danzan a su alrededor. Esta escena desde
el punto de vista etnográfico da mucho juego, se nos
disparan las interpretaciones, pero hay que ser cautelosos. Acompañando
a la bailarina unas manos de niño coronan la escena, una
mano derecha y una mano izquierda. Caemos en la cuenta que el niño
no pudo haber llegado sólo a esta altura. Con las manos
embadurnadas de pintura, el pequeño es izado para que
plasme sus huellas en la pared. ¿Estamos ante una escena
familiar, ante un rito iniciático o un juego infantil? Da
igual, hay que mentalizarse, nunca lo sabremos a ciencia cierta,
pero cuando la prehistoria se humaniza de ésta manera es
mucho más ciencia. Como siempre aquellas fiestas están
llenas de una excitación que impregna el
ambiente,............. en ellas se hacían presentes los
ancestros de la tribu. Nos alejamos y dejamos que la fiesta continúe
eternamente, con o sin nosotros, somos invitados circunstanciales,
pero tenemos la extrema fortuna de estar presentes y poder decir:
yo estuve allí, lo vi con mis propios ojos. Seguimos el
recorrido por las cavidades de las montañas de Lemgasem. De
hecho no hay que andar casi nada para encontrar otra cavidad, pero
no todas están decoradas, ¿cuál es el criterio
de selección? No encontramos por el momento explicación
a la, hasta ahora, aleatoria disposición de las cavidades
decoradas, puede que no haya ninguna y todo sea fruto del azar, y
es que nos empeñamos en encontrar explicación a
todo, pero no todo puede tener explicación, o puede tener
muchas.
Una gran cavidad situada en un pequeño
uadi. Un torrente que evacua el agua de lluvia del altiplano, el
abrigo conocido como Abrigo Grande del Uadi Pequeño (AGUP)
nos muestra una de las agrupaciones de figuras humanas más
bellas que se conocen hasta ahora en Lemgasem. Se presentan como
frisos, hileras de hombrecillos con sus tocados, empuñando
diversos útiles, que danzan y celebran. Paneles de jirafas,
de imprentas de manos. Las figuritas se nos muestran de frente
como sombras del pasado, proyectadas en las paredes irregulares de
la cavidad, con la mirada clavada en el horizonte, elemento
esencial del paisaje del Sahara. El susurro del viento, nos trae
las viejas historias que el chamán va recontando por enésima
ocasión: Mitos y leyendas representadas en los lienzos de
la cueva, la memoria colectiva plasmada en imágenes, parte
de la historia de un grupo humano. El estudio de este abrigo nos
permitirá empezar a conocer el arte de Rkeiz, como una
abstracción (la parte por el todo), el análisis de
este abrigo nos acercará a la realidad artística de
Rkeiz. La base principal de este trabajo está dedicada a un
corpus iconográfico, que son los cimientos para futuras
aportaciones. Junto al corpus icnográfico vamos a prestar
principal atención al análisis de su técnica
y estilo, como ejercicio para poder identificar e individualizar
este arte. |